La Guía Completa para Entenderlas y Ayudar a tu Mishi
Convivir con un gato es compartir momentos de ronroneos, siestas al sol… ¡y bolas de pelo! Aunque pueden parecer solo una curiosidad más de la vida felina, lo cierto es que las bolas de pelo (o tricobezoares, si nos ponemos técnicos) son un tema importante en el bienestar de nuestros gatos, especialmente los que viven en interiores.
En este artículo queremos contarte todo lo que sabemos —desde la experiencia nuestra y de muchas familias gateras— para ayudarte a entenderlas, detectarlas a tiempo, y prevenirlas sin alarmas innecesarias.
¿Qué son las bolas de pelo en gatos?
Las bolas de pelo son acumulaciones de pelo muerto que el gato traga mientras se acicala.
Normalmente ese pelo pasa por el sistema digestivo sin problema, pero cuando se acumula en exceso, puede formar un tapón que el gato acaba expulsando… ¡con una escena que seguro conoces bien!
El ritual del acicalamiento: una lengua con superpoderes de limpieza
El acicalamiento es parte esencial de la vida de un gato. Gracias a su lengua áspera, cubierta de papilas en forma de gancho, el gato arrastra el pelo muerto, la suciedad y cualquier partícula no deseada.
Esta lengua tan efectiva lo convierte en un auténtico experto en higiene personal, pero también en un tragador profesional de pelos. Y ahí empieza el problema: lo que no logra digerir, se va acumulando en su estómago.
¿Por qué se forman las bolas de pelo en los gatos?
Los gatos tragan pelo todos los días, pero no todos desarrollan bolas de pelo de forma habitual.
¿Por qué? Porque intervienen muchos factores: el tipo de pelo, la época del año, la edad del gato, si se cepilla regularmente o no, si bebe suficiente agua o si se mueve lo suficiente.
En primavera y otoño, por ejemplo, cuando mudan más pelo, es mucho más común verlos expulsar una bola. También puede pasar si el gato está más estresado de lo habitual o si vive en un entorno con poca estimulación (el aburrimiento puede aumentar el acicalamiento excesivo).
¿Por qué algunos gatos tienen más bolas de pelo que otros?
Desde Oh My Gos, lo que hemos notado es que los gatos de pelo largo (como persas o maine coons) tienden a tener más bolas de pelo. Pero también influye el carácter: algunos gatos se acicalan más por nervios, rutina o incluso por imitación si viven con otros gatos.
Los gatos mayores también pueden desarrollar más bolas, simplemente porque su sistema digestivo se vuelve un poco más lento.
Mitos y realidades sobre las bolas de pelo en gatos
Mito 1: “Las bolas de pelo son normales, todos los gatos las tienen”.
No del todo. Que un gato expulse una de vez en cuando puede ser normal, pero si ocurre muy a menudo o va acompañada de síntomas como vómitos frecuentes, pérdida de apetito o estreñimiento, es señal de que algo no va bien.
Mito 2: “Mi gato vomita bolas de pelo, eso significa que está limpiando su estómago”.
Es más bien lo contrario: el vómito es una señal de que no está pudiendo eliminarlas por el camino natural, que sería a través de las heces.
Mito 3: “Solo los gatos de pelo largo tienen bolas de pelo”.
Los de pelo corto también pueden tenerlas, sobre todo si mudan mucho o si no se cepillan con frecuencia.
Mito 4: “No hay forma de prevenirlas”.
Sí que la hay. Con algunos cuidados sencillos, como el cepillado, una buena alimentación e hidratación, se pueden reducir mucho, incluso en gatos propensos.
Bola de pelo gatos síntomas: ¿Cómo saber si mi gato tiene una?
Identificar una bola de pelo no siempre es tan fácil como encontrarte con ese “regalito” en la alfombra. A veces las señales pueden ser más sutiles, y ahí es donde entra nuestra labor como tutores: observar, escuchar y conocer a nuestro gato.
No hace falta entrar en pánico ante cada maullido raro, pero sí es útil aprender a reconocer los signos que podrían indicar que una bola de pelo está en camino… o que ya está causando molestias.
Arcadas, tos y náuseas: los sonidos que nos alertan
¿Te suena familiar? Estás tranquilamente en el sofá y, de repente, tu mishi para en seco, estira el cuello hacia adelante, se agacha un poco y empieza a hacer un ruido que te hiela la sangre por un segundo.
Es un sonido seco, gutural, como una tos profunda que no acaba de salir. No es un estornudo, no es una tos de resfriado… son arcadas.
Este es el síntoma más común y evidente. La bola de pelo, al pasar desde el estómago hacia la garganta para ser expulsada, causa irritación. Esas arcadas son el esfuerzo que hace su cuerpo para “desatascar” y sacar ese amasijo de pelo. Normalmente, este concierto de sonidos precede al gran evento: el vómito.
Vómitos con forma de "cigarro" (y a veces sin pelo)
Si el sonido de las arcadas era el tráiler, esto es la película. La imagen clásica que todos conocemos es la de una masa compacta y alargada de pelo, con una forma similar a la de un pequeño puro o un mini rasta. Su forma se debe a que ha pasado por el esófago, que es como un tubo estrecho. A menudo, esta bola de pelo vendrá acompañada de bilis o restos de comida.
¡Ojo aquí! A veces, después de mucho intentarlo con arcadas, tu gato solo vomitará un líquido transparente o amarillento (bilis). Esto no significa que no haya una bola de pelo; puede que simplemente no haya conseguido expulsarla en ese intento o que la irritación en su estómago le haya provocado el vómito igualmente.
Otros signos a vigilar: falta de apetito y apatía
Un tutor atento es el mejor detective. Además de los ruidos y los vómitos, hay otros cambios en su comportamiento que nos pueden indicar que una bola de pelo le está molestando más de la cuenta.
Falta de apetito: ¿Tu gato, que normalmente devora su comida, de repente le da un par de olfateos al cuenco y se va? Si una bola de pelo es demasiado grande y ocupa espacio en su estómago, es normal que se sienta lleno, incómodo y sin ganas de comer.
Apatía o letargo: Cuando no se encuentran bien, los gatos tienden a esconderse o a estar mucho más quietos de lo normal. Si tu compañero de juegos de repente prefiere estar solo, acurrucado en un rincón, y no muestra interés ni por su juguete favorito, puede ser una señal de que algo le molesta por dentro.
Estos síntomas, sobre todo si se juntan (por ejemplo, arcadas sin éxito y falta de apetito), son una señal para prestar aún más atención, porque podrían indicar que esa bola de pelo se está convirtiendo en un problema más serio.
⚠️¿Cuándo una bola de pelo es un problema serio? Señales de alarma
Vale, respiremos hondo. Aunque la mayoría de las veces las bolas de pelo no pasan de ser una molestia puntual, hay momentos en los que pueden convertirse en algo más serio. Como tutores, lo importante es saber cuándo una situación deja de ser “normal” y cuándo puede requerir una visita al veterinario.
No se trata de asustarnos, sino de observar y actuar con conciencia. Aunque es poco frecuente, a veces una bola de pelo puede provocar un bloqueo, un atasco en su sistema digestivo que sí es peligroso.
Los gatos son expertos en disimular molestias, así que estos signos pueden ser clave para detectar si algo no va bien. Aquí te contamos cuáles son las luces de emergencia.
Arcadas constantes sin poder expulsar nada
Tu gato se esfuerza, estira el cuello, tose… pero no sale nada. Ni pelo, ni líquido, nada. Si tu gato intenta expulsar una bola de pelo varias veces al día durante varios días seguidos, pero nunca logra sacar nada, es momento de prestar atención.
Las arcadas sin resultado pueden indicar que hay una obstrucción o que el pelo se está acumulando en exceso, generando malestar interno.
Esta es una de las primeras y más claras banderas rojas.
Estreñimiento, letargo y abdomen hinchado
Si la bola de pelo ha conseguido pasar del estómago pero se atasca en los intestinos, los síntomas cambian. Aquí el problema ya no es vomitar, sino todo lo contrario. Piensa en ello como un atasco en una autopista: nada puede pasar.
- Estreñimiento: Si notas que tu gato visita el arenero, se esfuerza sin éxito y lleva más de un día o dos sin defecar, es una señal de bloqueo.
- Letargo extremo: Aquí no hablamos de una siesta extra. Hablamos de una apatía profunda. Tu gato no quiere moverse, se esconde, no reacciona a tus llamadas ni a sus juguetes favoritos y parece realmente débil. Es un signo inequívoco de que siente dolor o un malestar severo.
- Abdomen hinchado o sensible: Si al acariciar a tu gato notas su barriga más dura o hinchada de lo normal, o si se queja o se aparta cuando le tocas la zona, ¡alerta máxima! Es una señal de que algo está irritado o bloqueado por dentro.
El momento de llamar al veterinario:
no somos expertos, pero sí tutores responsables
Y aquí llegamos al punto más importante de todos. En Oh My Gos, hablamos desde nuestra experiencia como tutores y amantes de los gatos, pero siempre, siempre, la última palabra en salud la tiene un profesional.
Si observas cualquiera de los síntomas de este capítulo (arcadas constantes sin éxito, estreñimiento combinado con letargo, un abdomen sensible), no esperes. Coge el teléfono y llama a tu veterinario.
Descríbele con calma lo que has observado. Es mucho mejor una llamada “por si acaso” que lamentar no haber actuado a tiempo. Prevenir y ser precavidos es nuestra mayor responsabilidad y la muestra de amor más grande que podemos darles.
Recuerda: tú eres quien mejor conoce a tu gato y quien primero notará que algo no va bien. Confía en tu instinto de tutor.
¿Cómo prevenir las bolas de pelo en gatos?
La buena noticia es que, aunque no podemos evitar que nuestros gatos se acicalen (¡ni queremos hacerlo!), sí podemos ayudarles a gestionar mejor todo ese pelo que ingieren. La prevención es clave, sobre todo si tu gato es de los que sueltan mucho pelo, tiene el estómago delicado o vive en un entorno donde se estresa con facilidad.
Aquí te compartimos los hábitos que mejor han funcionado entre nuestros gatos y los de quienes pasan por Oh My Gos cada semana:
El cepillado: tu mejor amigo contra el pelo suelto
Pocas cosas ayudan tanto como un buen cepillado regular. ¡El cepillado es mágico!
Piénsalo de esta forma tan sencilla: cada pelo que quitas con el cepillo es un pelo que tu gato no se traga durante sus sesiones de auto-limpieza. Así de simple y así de efectivo.
No lo veas como una tarea, ¡conviértelo en un ritual de mimos! Una sesión de spa y conexión entre tú y tu gato.
- ¿Con qué frecuencia? Si tu gato es de pelo largo, lo ideal es un cepillado diario o cada dos días. Para los de pelo corto, con un par de veces por semana suele ser suficiente para mantener a raya el pelo muerto. En épocas de muda (primavera y otoño), todos necesitan un extra de ayuda, ¡así que intensifica las sesiones!
- ¿Con qué herramienta? Hay muchos tipos de cepillos: cardas, peines, manopla de goma, cepillos para esquinas de casa… Lo importante es encontrar uno que sea eficaz para su tipo de pelo y, sobre todo, que tu gato tolere bien. ¡Algunos hasta ronronean de gusto! Si a tu gato no le gusta mucho el cepillado puedes distribuir varios cepillos para las esquinas de casa. El hará un autocepillado.
Y si te estás preguntando por dónde empezar, ¡que no cunda el pánico! Te lo contamos todo en nuestra guía completa, donde descubrirás la técnica y el cepillo ideal según su tipo de pelo. Te recomendamos leer nuestro artículo sobre cómo peinar a tu gato.
Alimentación e hidratación adecuadas
Un gato sano por dentro lo demuestra por fuera, ¡y su pelaje es la mejor prueba! Una dieta y una hidratación correctas son pilares fundamentales para un pelo fuerte y un sistema digestivo que funciona como un reloj.
- La comida es la clave: Una alimentación de calidad, rica en ácidos grasos como Omega 3 y 6. También existen alimentos formulados específicamente para el control de bolas de pelo. Suelen contener un extra de fibra que ayuda a “arrastrar” los pelos ingeridos a través del sistema digestivo para que los expulsen de forma natural por el otro extremo (sí, en la caca), sin necesidad de vomitarlo.
- ¡Que no falte el agua! Un sistema digestivo bien hidratado es como un tobogán bien lubricado: todo fluye mucho mejor. Como muchos gatos son un poco “especiales” para beber, podemos animarles con trucos sencillos: las fuentes de agua les encantan, tener varios cuencos por casa o, cubitos de hielo, incluir comida húmeda en su dieta incluso caldos para gatos. ¡Es una forma fantástica de que ingieran más líquidos casi sin darse cuenta!
Fomentar el juego para una buena digestión y menos estrés
¿Sabías que jugar es una forma de prevenir las bolas de pelo? ¡Pues sí! Y tiene una doble función.
Por un lado, la actividad física estimula el movimiento intestinal. Un gato que corretea, salta y caza su plumero favorito está, sin saberlo, ayudando a su digestión. Ese movimiento ayuda a que todo el sistema se mueva y evita que los pelos se queden estancados formando una bola.
Por otro lado, un gato que juega es un gato feliz y sin estrés. A veces, el aburrimiento o la ansiedad pueden llevar a un acicalamiento compulsivo (se lamen más de lo normal), lo que significa que tragan mucho más pelo.
Unas buenas sesiones de juego diarias, rascadores y juguetes que le estimulen mentalmente son el mejor antídoto contra el estrés y, por tanto, una gran ayuda indirecta contra las bolas de pelo.
Remedios caseros para las bolas de pelo en gatos
Aunque la prevención es nuestra mejor herramienta, hay momentos en los que nuestro mishi necesita un pequeño empujón para ayudar a que todo fluya.
Cuando notamos que empieza con alguna arcada o que parece un poco incómodo, podemos recurrir a algunas ayudas suaves y naturales que tenemos a nuestro alcance.
¡Ojo! Estos son remedios para situaciones leves, nunca para un bloqueo serio. Piénsalos como un aceite para engrasar la maquinaria, ¡no como una solución para una avería!
Pasta de malta y otros lubricantes naturales
La pasta de malta es la gran aliada de muchísimos tutores. Es un clásico por una buena razón. Se trata de una pasta densa y pegajosa, a menudo con un sabor que a los gatos les resulta delicioso, que funciona como un lubricante natural. Al ingerirla, la malta envuelve los pelos que están en el estómago y el intestino, ayudándoles a deslizarse suavemente a través de todo el tracto digestivo hasta que son expulsados de forma natural en el arenero.
Muchos gatos la toman directamente del tubo como si fuera un premio. Si el tuyo es un poco más desconfiado, un truco infalible es ponerle una pequeña cantidad en una de sus patitas delanteras. Su instinto de limpieza hará el resto: ¡no soportará tenerla ahí y se la lamerá!
También existen alternativas naturales, como el aceite de salmón o de oliva en cantidades mínimas (y siempre con supervisión). La clave es no abusar: un poquito de vez en cuando puede ayudar, pero en exceso puede causar diarrea o malestar estomacal.
Hierba gatera: un purgante natural y divertido
¡No la confundas con el catnip que los vuelve locos de euforia! Hablamos de la hierba para gatos, esas plantitas de trigo, avena o cebada que podemos cultivar fácilmente en una maceta en casa. Ofrecerles este “pequeño jardín de interior” apela a su instinto más salvaje.
Esta hierba tiene una doble función. Por un lado, su alto contenido en fibra ayuda a mejorar el tránsito intestinal, arrastrando los pelos. Por otro, si la bola de pelo ya es molesta, la hierba puede inducir el vómito, ayudándoles a expulsarla de forma rápida y eficaz. Es una solución 2 en 1: un purgante natural y un enriquecimiento ambiental que les encanta.
Las bolas de pelo a lo largo del año y según el tipo de gato
Las bolas de pelo no afectan igual a todos los gatos ni en todas las estaciones. Hay épocas en las que vemos más casos, y también perfiles de gatos que tienden a tener más problemas. Entender esto puede ayudarte a anticiparte y actuar con más calma.
La muda en primavera y otoño: las estaciones críticas
Al igual que nosotros hacemos el cambio de armario, los gatos hacen su “cambio de pelaje”. Las dos épocas más críticas del año son la primavera, cuando sueltan el denso pelaje de invierno para dar la bienvenida al calor, y el otoño, cuando se preparan para el frío con un manto nuevo.
Durante estas estaciones es normal que necesiten más ayuda: más cepillado, más hidratación y un poco más de vigilancia.
Muchas familias nos cuentan que justo en esos meses notan más arcadas o vómitos. Es algo esperado, pero si se repite demasiado, vale la pena reforzar los cuidados preventivos.
Gatos de pelo Largo Vs. Gatos de pelo Corto: ¿Quién sufre más?
Aquí la respuesta parece obvia, pero tiene sus matices.
Los majestuosos melenudos como los persas, los maine coon o los gatos del bosque de Noruega son, sin duda, los campeones en la liga de las bolas de pelo. Su pelo no solo es más largo, sino que a menudo es más fino y propenso a enredarse, tanto por fuera como por dentro. Para ellos, la prevención debe ser una constante durante todo el año.
¡Pero que los tutores de gatos de pelo corto no se confíen! Ellos también se acicalan y, aunque sus bolas de pelo suelen ser más pequeñas y menos frecuentes, ¡también pueden dar problemas! Un gato de pelo corto muy meticuloso con su limpieza o que viva con otros gatos a los que acicala puede ingerir suficiente pelo como para formar una bola molesta.
¿Y si mi gato viaja o se estresa? El acicalamiento compulsivo
Hay gatos que, cuando están nerviosos o inseguros (por mudanzas, viajes, visitas nuevas, cambios en casa…), se acicalan de forma compulsiva. Es su manera de calmarse, pero también un círculo vicioso que puede llevar a tragarse más pelo del habitual.
Si sabes que tu gato es sensible al estrés, intenta anticiparte con entornos tranquilos, rutinas estables y enriquecimiento ambiental.
Un gato relajado no solo es más feliz… ¡también forma menos bolas de pelo!
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